martes, 9 de diciembre de 2008

Deformación profesional, le llaman...


Cuando estaba en sexto de primaria decidí que iba a ser periodista. Desde entonces, todo en mi vida me ha conducido hacia esta profesión, o eso parece. Y lo tengo muy claro.

Por eso mismo he desarrollado, inconscientemente, lo que llaman una deformación profesional, lo que quiere decir que llevo mi vocación periodística a todos los ámbitos de mi vida. Y más aún desde que empecé la carrera. Cada mañana, al levantarme entro en mi navegador para leer las nuevas noticias y para eso estoy suscrita a los Feeds RSS de El Mundo y El País, porque soy partidaria de comparar noticias. Leo también las novedades de mis blogs favoritos, cuyos RSS dormitan en mi barra de herramientas. A media mañana, en algún parón entre clase y clase, cojo La Vanguardia, para seguir informándome. Y así continuo a lo largo del día...

Lo peor de esta "deformación" es que, igual que la tecnología, avanza... Imaginadme ahora siguiendo automáticamente el desarrollo de una noticia a la que me he suscrito en Google News y la evolución del blog de un joven de Chile...

Evidentemente llevo la profesión por dentro. Y es incurable...

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